Llevo un mes y un día sin entablar relación escrita con el blog, sin publicar un sólo entreno (y ha sido cuándo más he entrenado), pensando y reflexionando sobre la utilidad de éste. He llegado a la conclusión que no creo que a las personas que lo seguís (y las que no) os pueda llegar a interesar en un futuro si un lunes realizo tantas repeticiones "x" de un ejercicio de bíceps, o un miércoles combino tríceps con hombro en vez de espalda porque tenía molestias o por cualquier razón. Vería más completo publicar tipos de entreno y por qué realizo esa elección, según compitiera de una forma u otra; y aún así, sería más provechoso aún publicar contenidos con aportación bibliográfica (como anuncié que haría, y haré) ya sean enlaces web, libros, artículos...
Pero... ¿De qué sirve todo esto?
Quiero decir: antes que todo objetivo profesional, deportivo, formativo... considero que cada persona tiene que saber cómo es por dentro, qué siente, cuáles son sus inquietudes. Pues bien, os confieso que estoy en un momento de mi vida en el que tengo la sensación de que quiero hacer muchas cosas, y lo mejor de todo, que soy capaz de todas ellas... pero de momento no es probable tener la posibilidad de realizarlas. Estoy como si fuera una coca-cola y me acabasen de agitar, y estoy esperando a que se abra la boquilla para salir disparado y arrasar con todo lo que se me ponga por delante. Como la calma antes de un tsunami en el que la marea retrocede un tanto antes de destrozar cualquier abismo de ilusión y vida que se encuentre.
Si a esto le sumamos, que estoy escribiendo con una dosis de muy buena música, hablamos de una combinación propicia para filosofar.
Ya puedo escribir los entrenos que realizo durante una semana, un mes o un año entero, que si no os pongo cómo me siento por dentro (sí, ponía un apartado de sensaciones) todo esto no tiene sentido.
Quiero comerme el mundo, formarme, entrenar, vivir, disfrutar viviendo, ser el mejor en lo que haga, el mejor entrenando, el mejor compitiendo, el mejor estudiando, el mejor descubriendo mi interior, el mejor chico para mi chica (cuando la haya), ser perfecto. Y no me vengáis con milongas de que la perfección no existe, porque nadie que lo dice la ha buscado. Así que cuando la busquéis y lleguéis a la conclusión de que después de miles y miles de intentos no la habéis encontrado, entonces igual os empiezo a entender. Para mí existe relativa y absolutamente, y pienso encontrarla. Puede ser que esté escribiendo uno de mis mayores valores sobre la vida que hasta igual lo tenía como secreto que sólo conocían de mí personas especiales, pero esto es corto, se pasa, y yo solo quiero que seáis felices. Igual alguien que no le gusta mucho esto de los ordenadores no comprende cómo puedo escribir estas cosas... la entiendo, yo hace un tiempo no me imaginaba escribiendo en un blog y que aún encima fuese mío. Pero son esas ganas, esa fuerza interior que te hace sacar todo el amor propio que tienes, el amor por lo que quieres, el amor por quién quieres.
Ya vale de hablar de mí, puede ser aburrido. Buscad la felicidad, esa felicidad que os haga perfectos, que os haga disfrutar de cada mínimo detalle que tenéis al lado. Bailad la música aunque no os guste, comed la comida aunque no os guste, ¡¡estudiad aunque no os guste!! Enamoraos aunque sufráis, sé fiel a ti mismo (por supuesto), pero sé fiel a quién tienes al lado. Si te mientes a ti mismo, sufres tú; pero si mientes al de al lado vais a sufrir los dos. Y además la otra persona sin merecerlo.
En definitiva, que no tengáis miedo de compartir lo que sentís. Sentir es el mayor regalo que la naturaleza le ha dado a la humanidad. Es por lo que nacemos, es por lo que vivimos, es por lo que amamos, es por lo que morimos...
"Quiero bailar contigo................ ven a bailar conmigo
tú no bailes sola..."
